Cuando una persona aun es joven ve a la jubilación como un evento muy lejano y por consiguiente, nunca piensa en prepararse financieramente para dicha situación. De esta manera, los años pasan y cuando llega el momento se dan cuenta que no poseen el dinero suficiente para afrontar esa nueva etapa. Este argumento no significa que se deban sacrificar los gustos que uno se quiere dar durante la vida laboral en pos de una mejor jubilación sino que se debe ahorrar de a pequeños montos.
El objetivo debe ser llegar a la jubilación con el dinero necesario para mantener el nivel de vida que se tuvo durante la vida laboral pero también se debe ser consciente que se incrementarán algunos gastos como por ejemplo, los que se relacionan con la salud.
Al llegar a la jubilación es indispensable no tener deudas y tener fuentes de ingresos pasivos es decir, aquellos que dan rentas sin necesidad de trabajar.
La frase que el tiempo vale oro se aplica también a los temas financieros de manera perfecta con el concepto de intereses. Gracias a estos, es posible destinar pequeñas sumas de dinero durante un largo tiempo para llegar a la meta de reunir un monto importante. Por estos motivos, cuanto más joven se planifique la jubilación mejor será el estado de las finanzas personales al final de la vida laboral.
Es indispensable conocer las leyes en temas relacionados con la jubilación que se aplican en el país. A veces se puede optar por sistemas privados o públicos, fondos de aportes y otros. Sobre estos últimos se debe conocer su modo de operatoria ya que en ocasiones se permite a los contribuyentes elegir los instrumentos financieros a los cuales se destinará el dinero.
La jubilación debe ser una parte del presupuesto financiero desde el preciso momento en que se comienza a trabajar. No es mala idea consultar de manera anual el monto que se dispone para jubilarse de esta manera, se podrán realizar ajustes en caso que sea escaso.
