Las utilidades gastronómicas del Pan
El pan es capaz de aparecer de forma discreta y sencilla en principio, aunque también tiene la capacidad de mostrarse, con protagonismo dentro del menú.
Su carácter gastronómico puede ser revelado con gran importancia, a veces esencial, en un número importante de recetas.
Podemos encontrarlo duro, fresco, rallado, húmedo, desmenuzado, frito… además de mostrarse como un ingrediente interesante para la preparación de salsas, rellenos, escalopes, tortillas, etc…
Como vemos, se trata de un ingrediente muy versátil y de especial importancia, aunque se trate tan sólo del acompañante principal en las comidas.
Vamos a echar un vistazo a alguna de sus apariciones en la mesa en distintos formatos de este ingrediente esencial “el Pan”:
Pan Rallado
Los restos de pan que acaban por quedarse duros, pueden ser perfectamente aprovechados para otros menesteres rallándose. De este modo, el pan rallado que obtenemos puede ser utilizado para rebozados, croquetas, albóndigas o incluso para cubrir el pescado al horno y formarle una especie de costra que dará un toque muy interesante a nuestra receta.
Pan Frito
También podemos aprovechar nuestras barras de pan u hogazas del día anterior y utilizarlas como picatostes que acompañen al chocolate en taza, o a distintas sopas, cremas o purés.
Un plato muy típico en España son las migas de pan humedecidas y posteriormente fritas a fuego lento.
La Miga
Esto es muy típico, por ejemplo, en las friturías cubanas. Se utiliza la miga de pan para dar mayor consistencia a diferentes platos de carnes o pescados, como pueden ser los albondigones.
Se suele utilizar remojándolas antes en leche, agua, vino, caldo…
Como complemento de sopas
Esta es otra forma muy común de gastar el pan, como complemento en las sopas de ajo, de cebolla, de queso…
Ya lo dice el refrán: “El pan nuestro de cada día…”