En algunas escuelas han comenzado o están por comenzar las clases. Ha terminado el verano en donde los niños pudieron descansar de sus tareas académicas para disfrutar de la niñez jugando o asistiendo a las escuelas de verano. Muy seguramente las horas de sueños de desfasaron ante estas actividades, por lo que como padres será nuestra labor lograr que vuelvan a dormir para rendir en la escuela.
Para que los niños puedan volver a la rutina debemos irlos preparando, para ello es conveniente que una semana antes de clases vayan despertando cada día 10 minutos antes de lo que usualmente lo hacen. Esto minutos deben ser progresivos, de manera que al final l de la semana ya se podrán levantar 1 hora antes de lo normal sin problema alguno.
Los pequeños no deben ver televisión tan tarde, pues sólo propiciamos malos hábitos y que duerman menos. Recordemos que a esta edad los niños deben dormir más tiempo ya que están en pleno desarrollo. Una buena técnica para conciliar el sueño de los pequeños es ir disminuyendo el número de actividades conforma se hace de noche a la vez que vamos disminuyendo la intensidad de la iluminación de la casa.
Nada de alimentos altos en azucares por la noche. Los chocolates, las galletas, harinas, jugos y otros productos con azúcar le brindan energía a los más pequeños, evitando que puedan dormir más temprano. Un vaso de leche caliente y alimentos sencillos pueden propiciar a que duerman. Otro detalles a considerar son los juegos de video, la música y otras fuentes de entretenimiento y los cuales deben los pequeños evitar tan tarde, ya que ofrecen emociones fuertes y alteran su estado de vigilia.
También es bueno fijar horas para que duerman. Los niños más pequeños necesitan 11 horas de descanso mientras que los adolescente 8 ó 9 horas son suficientes para descansar. Todas estas reglas más que imponerse deben explicarse para que los niños puedan entender que es para su bien, además de que un buen diálogo fortalece la relación padres e hijos y beneficia a ambos para crear una bonita familia.
