Nuestro corazón es el motor del organismo, es el que recibe sangre no oxigenada la cual es bombeada a los pulmones para recibir sangre oxigenada y devolverla al cuerpo entero. Algunos ejercicios cardiovasculares te ayudaran a que este proceso se haga perfectamente y que nunca debamos sufrir de estas alteraciones. Recuerda que nuestras arterias y venas son como una amplia red de tuberías y donde una se tapone o falle toda la ciudad (nuestro cuerpo) se vera afectado.
Ejercicios cardiovasculares de intensa duración.
Iniciamos por el trabajo duro, para realizar estos ejercicios debes tener en cuenta que deberás coordinar tu corazón y pulmones para realizar una acción. No intentes parar la respiración cuando debes mantenerla rápida o respirar rápida cuando debes dejar de respirar. Para entender esto, toma en cuenta esta rutina:
- Realiza calentamiento previo para aumentar la circulación y controlar la respiración.
El ritmo cardíaco no puede pasar de 60 a 190 en un segundo o seguro recibirás un infarto, es por ello que el calentamiento es importante. Empieza con una caminata suave por el lugar o el centro de ejercicios, conforme pasen los minutos cambia la caminata suave por una rápida y al final intensa alcanzando un trote suave.
- Aplica movimiento a tus brazos y fuerza a tus piernas para aumentar el ritmo cardíaco.
Trotar cuesta abajo no es una opción para este ejercicio, pero cuando te encuentras con una pendiente elevada es momento de darle agilidad a tus brazos. Asegúrate de que se muevan constantemente al ritmo de tus piernas. Cuando estés escalando la pendiente intenta realizar un pique o movimiento rápido hasta el final de la subida. Recuerda aguantar la respiración mientras corres haciendo fuerza en tus piernas para alcanzar el objetivo.
- Relaja tu cuerpo, aumenta la respiración para evitar desgaste.
Cuando logres llegar a la cima de una pendiente o sencillamente frenar un trote acelerado, es momento de relajar el cuerpo, pero recuerda que no es sinónimo de que te detengas, solo frena el brusco movimiento y camina mientras respiras y haces circular la sangre. Estos tres sencillos trucos o pasos rutinarios te ayudaran a mejorar tu circulación y respiración.