Con la llegada del buen tiempo nos volvemos más activos, y, ahora que ha llegado el verano, solemos tener una agenda repleta de actividades, ya sea porque queremos aprovechar las vacaciones al máximo o por tal de no desperdiciar el poco tiempo libre que nos deja el trabajo.
Pero hay que vigilar, ya que junto al verano también llega el calor, que, en casos extremos, sobretodo si descuidamos nuestra hidratación, puede provocar severos golpes de calor, que pueden incluso causar la muerte.
En primer lugar, y para poder evitar un golpe de calor, tenemos que saber de que se trata.
Un golpe de calor se da en presencia de temperaturas extremas, como por ejemplo en las olas de calor. Durante esos días en los que el mercurio supera con creces los 30 grados centígrados, podemos sufrir este trastorno, que empieza cuando nuestro organismo absorbe más calor que el que puede disipar, pudiendo llegar a una temperatura corporal superior a los 40 grados centígrados.
Estos episodios van normalmente acompañados por dolores de cabeza, convulsiones, delirio o coma, y como ya hemos dicho antes, pueden causar la muerte.
Ahora que ya estamos informados acerca del tema, vamos a ver cómo podemos evitar estas situaciones:
- Mantener una buena hidratación: no esperar a tener sed para beber, comer muchas frutas y verduras, evitar el alcohol, beber zumos, gazpachos…
- Evitar las horas de más calor: no salir a la calle en las horas de más calor si no es necesario, si vamos a hacer ejercicio físico hacerlo por la mañana o a la puesta de sol.
- Protegernos de la radiación: utilizar ropa de colores claros, gorras y sombreros, usar crema protectora para la piel, ropa ancha…
En definitiva, si ponemos en práctica esta serie de consejos no habrá problema alguna, eso sí, hay que vigilar especialmente a niños y ancianos, pues son considerados grupos de riesgo.